La imagen que ve usted a su izquierda le pertenece a una angelita llamada Brisenia Flores. La niña muestra una sonrisa un poco incómoda, tan común en los pequeños de su edad. Pero a diferencia de otros niños, Brisenia nunca más le mostrará esa preciosa sonrisa a un fotógrafo… ni a nadie más. Esto se debe a que el 30 de marzo de 2009, Brisenia fue asesinada en su propio hogar por miembros de una fuerza paramilitar derechista.

Escuadrones de la muerte, milicias armadas, y grupos paramilitares de derecha rondaban la América Latina con cierta frecuencia en los tumultuosos años 80, y sus horrendos crímenes y abusos contra la población civil se han documentado con bastante detalle. Lo que diferencia la muerte de Brisenia no es que haya ocurrido más recientemente, sino que ocurrió en los Estados Unidos de América, y el violento grupo paramilitar que asesinó a la pequeña Brisenia mientras esta lloraba y clamaba por vivir fue una organización terrorista norteamericana con nombre de los Minutemen American Defense Organization, un grupo que, vía su fundadora Shawna Forde, tiene lazos con otros grupos mejor conocidos como los Minutemen y FAIR (Forde participó como portavoz de FAIR en una entrevista televisada, aunque ese grupo hoy insiste en que no era miembro.)

Yo nunca conocí a Brisenia ni a su familia, pero el leer los detalles del crimen del que fue víctima me conmovió tremendamente. El ambiente político de este país se ve dominado en estas fechas por una nefasta y violenta corriente de demagogia anti-inmigrante en boca de irresponsables propagandistas como lo son Lou Dobbs de la CNN, Bill O’Reilly de la cadena Fox y políticos como el congresista Tom Tancredo entre muchos más. Como chicano, esta terrible propaganda me concierne de manera personal. Somos los ciudadanos de este país casi todos inmigrantes que llevamos la marca de Caín por los crímenes que nuestros antepasados cometieron contra los primeros habitantes de estas tierras. Por lo tanto, no podemos permitir que la discusión de los temas relacionados con el fluir de personas y comercio a través de nuestra frontera sureña se lleve a cabo solamente en boca de las voces divisivas y odiosas que diariamente envenenan nuestro discurso político.

En los días, semanas y meses que siguen, espero poder seguir desarrollando este sitio para que pueda servir como portavoz de una voz más humana del futuro de nuestra nación, y para promover una convivencia con nuestros hermanos sureños (y los que vienen de la China, Corea, Polonia, Haití, Malí y otros sitios) y que buscan la promesa de prosperidad y libertad que nuestra nación ha pregonado por siglos:

Mándame tus agotados, tus pobres, tus masas agrupadas que añoran respirar la libertad, la miserable basura de tus costas repletas de gentío. Mándame éstos, los que no gozan de hogar, batidos por tormentas, pues yo les alzo mi lámpara frente a la puerta dorada.
Quizá de esta manera la muerte de Brisenia no será del todo en vano.